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ToggleLa neuropsicología es la ciencia que estudia las relaciones entre los procesos psicológicos (cognitivos, emocionales y comportamentales) y la estructura del funcionamiento cerebral, tanto en condiciones normales como patológicas. Hay una vertiente clínica, que se encarga de las patologías, y una vertiente experimental donde se busca profundizar en los conocimientos del cerebro.
Cuando hablamos de algo normal y algo patológico, en el caso de la neuropsicología, es cuando hay un daño en el cerebro, por ejemplo, un hematoma, un tumor, una sustancia tóxica que rompe el orden normal de las neuronas, un traumatismo, entre otros.
El aporte a la psicología es grande, en tanto que la neuropsicología es la disciplina que se apoya más en los procesos biológicos, pero que estos repercuten a nivel psicológico y a nivel espiritual.
¿Cómo se combina neuropsicología con “psicología católica”? La psicología católica no tiene ningún tinte en especial, sino que habla de una disciplina basada en la verdad, en lo verdaderamente sano, sin quitar ningún aspecto del ser humano que lo constituye, como por ejemplo el alma. Entonces, si hablamos de psicología católica, necesariamente tenemos que hablar de procesos neuropsicológicos, para no dejar de lado una parte sustancial del ser humano, que también es el cuerpo.
¿Cómo es la combinación de cuerpo, alma (o psique), y espíritu? “Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven irreprochables en todo su ser –espíritu, alma y cuerpo– hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 5,16-24.
En esta cita bíblica, San Pablo habla de lo que es la tricotomía del ser humano, es decir, que tenemos un cuerpo, tenemos una psique o alma y tenemos un espíritu. El espíritu es lo que tiende a Dios, es lo que se conecta con Él, con los dones del Espíritu Santo, es lo que está alimentado por la Gracia de Dios, o lo que queda manchado o alejado por el pecado mortal. Nuestra alma o psique somos nosotros mismos, nuestra psicología, la subjetividad, lo que anima el cuerpo. Y el cuerpo es el sustrato biológico, lo físico.
Estas tres dimensiones trabajan a la vez y forman al ser humano. No tener en cuenta una de ellas, más allá del reduccionismo, es algo peligroso para la salud de la persona. Como somos una unidad que está conectada y que trabaja en estas tres dimensiones, un problema neuropsicológico puede también ser un problema psicológico y espiritual. O viceversa, o en cualquier dirección, ya que el ser humano está comprendido por las tres áreas. Adjuntamos la siguiente entrada que toca el tema del cuerpo, psique y espíritu:
https://portalcatolicopsicologia.com/que-es-el-ser-humano/
Además de una antropología integradora, una psicología católica siempre integra una mirada esperanzadora sobre el sufrimiento, la enfermedad y creer más allá de las limitaciones físicas. Esto tiene grandes repercusiones en rehabilitaciones como motivador y protector frente al estrés.
Por último y no menor, la ética que se debe implementar cuando hablamos de procesos neuropsicológicos, entendiendo la dignidad de cada persona (aunque esté inconsciente, discapacitada o en situación terminal), la compasión y el cuidado que se debe tener y el llamado de ver el rostro de Cristo en el paciente que sufre.
Utilidades de la neuropsicología:
1 Diagnóstico de trastorno cognitivo o de trastorno comportamental
2 Diagnóstico de encefalopatía o daño cerebral
3 Caracterización de las alteraciones cognitivas y del comportamiento
4 Diagnóstico nosológico. (Es el que identifica una enfermedad a partir de los síntomas de un paciente). Uno de los objetivos de la neuropsicología es darles herramientas a las personas para su tránsito con la patología. Cualquiera de los 4 puntos es parte del diagnóstico neuropsicológico. Luego la rehabilitación es todo otro capítulo.
Las herramientas con las que trabaja la neuropsicología del lado de lo que es la neuroimagen son, por ejemplo, la resonancia magnética funcional (RMN), tomografías (TAC), electroencefalogramas (EEG), tomografías por emisión de positrones (PET), entre otros.
Por otro lado, los instrumentos de evaluación clínica y neuropsicológica son test, como por ejemplo el test de Stroop (mide la atención e inhibición), WAIS (inteligencia), test de Bender (percepción visoespacial), Wisconsin Card Sorting Test (función ejecutiva), también la entrevista clínica y cuestionarios y escalas, la escala de Beck en depresión, de memoria y atención, inventarios de ansiedad, etc.
Historia de la neuropsicología
Hacia el año 1700, algunos científicos sostenían que funciones cognitivas como el lenguaje, la memoria, el pensamiento y otros dominios del psiquismo humano estaban difusamente representados en el encéfalo. Se debatía si estas funciones se localizaban en la corteza cerebral —es decir, en la sustancia gris que recubre la superficie del cerebro—, en la sustancia blanca —ubicada bajo la corteza—, o incluso en el líquido cefalorraquídeo contenido en los ventrículos cerebrales.
Frenología
En aquellos años nace la frenología con Joseph Gall en el siglo XVIII. Luego de examinar muchas cabezas de asesinos, ladrones en cárceles y otros lugares, hicieron un estudio estadístico o generalización de las formas de la cabeza y las características psíquicas que había supuestamente en estas personas.
En esa época dieron un salto cualitativo importante, porque se dieron cuenta de que las funciones cognitivas no están en el líquido encéfalo raquídeo, no están diseminadas en todo el cerebro, sino que están en la corteza, con ciertas áreas, y en esto no estuvieron muy lejos de la realidad.

Por ejemplo, hay un sector según la frenología que tiene la parte donde está el “pensamiento matemático”. También hay una parte donde estaba “la capacidad de sentir amor”, “la amistad”. La idea principal es que, si una persona era muy amistosa, entonces esa parte del cerebro era más grande.
En nuestro cráneo es normal tener algunas abolladuras, pero resulta que ellos pensaban que este tipo de signos era lo que demostraba las diferentes capacidades o no de la persona. Para hacer este tipo de estudios tenían un mapa, medían y tocaban el cráneo y hacían un diagnóstico de personalidad. Había más de 30 facultades distintas. Incluso había una facultad que era la competencia por el vino.
Con el tiempo se dieron cuenta de que la interrelación entre las facultades era mucho más complejo de lo que parecía, por lo que la frenología cayó en desgracia; se convirtió en una pseudociencia porque no pudo demostrar empíricamente lo que proponía.
El área de Broca
Paul Broca examinó a un paciente que presentaba una lesión cerebral; al parecer sufrió un accidente cerebrovascular (ACV), o probablemente una hemorragia o un infarto cerebral en el lóbulo frontal izquierdo. Este paciente, que padecía una hemiplejia del lado derecho del cuerpo, también tenía una severa alteración del lenguaje. El resto de las funciones estaba relativamente andando.
El paciente no podía hablar, solo podía decir monosílabos, y siempre el mismo: “tan tan”. Tanto es así que Broca lo bautizó señor “tan tan”. Él parecía entender, pero no podía expresarlo. La única forma de poder exponer el caso es cuando muere y poder hacer una autopsia. De esa manera demuestra una lesión cerebral y la relación con el comportamiento mediante autopsia.

Cerebro de “Tan Tan”, llamado Louis Victor Leborgne
En la autopsia se le puede ver un área alterada, el área frontal, en la primera circunvolución frontal, y de ahí Broca lo relacionó con la expresión verbal. Broca lo llamó “Afemia” y lo que demostraba era que había algo parecido a los frenólogos, pero no tanto como lo decían ellos.
El área de Wernicke
Un tiempo después de Broca, Carl Wernicke en 1874 encuentra una situación similar: el paciente también tiene una lesión relativamente circunscripta a un determinado lugar, pero en vez de estar adelante, se encontraba en una región más posterior, ubicada en la zona temporoparietal del hemisferio izquierdo.
Los pacientes con esta lesión podían hablar fluidamente y pronunciar bien las palabras, pero su discurso carecía de coherencia y sentido. Aunque las palabras sonaban normales, formaban combinaciones sin significado. Además, su sintaxis parecía correcta, pero el contenido era incomprensible. Estos pacientes no comprendían el lenguaje, a diferencia de los pacientes con afasia de Broca, que tenían problemas para hablar, pero podían comprender.
Wernicke observó que esta lesión afectaba la comprensión verbal, es decir, la capacidad de relacionar los sonidos del lenguaje con su significado. Otro argumento para entender que la corteza tenía mucho que ver con todo, en este caso el lenguaje, y que estas funciones estaban discriminadas por áreas y conexiones.

Fotos ilustración del paciente de Wernike. No se conserva registro del nombre del paciente.
Aquí comienza una disputa entre el holismo y el localizacionismo; estos son entre los que piensan que las funciones cognitivas están difuminadas o tienen un área en específico. Posturas como la de Broca o Wernicke hablan de un localizacionismo, pero también hay posturas que se llaman totipotenciales, es decir, cualquier parte de la corteza puede realizar cualquier tipo de tarea compleja.
Teoría del reciclado cortical de Deahene & Cohen (2007)
La neuropsicología ha evolucionado notablemente desde la incorporación de herramientas como la resonancia magnética funcional (RMN) o la tomografía por emisión de positrones (PET). Estas técnicas de neuroimagen permiten observar la actividad cerebral en tiempo real, a través del contraste generado por el consumo de oxígeno. Así, se pueden identificar las áreas del cerebro que están activas durante determinadas tareas.
En el caso de la teoría del reciclado cortical, se pudo ver como el cerebro se ve enfrentado a diferentes tipos de información. Resulta que cuando esto pasa, el cerebro activa diferentes tipos de áreas.
La teoría del reciclado cortical, propuesta por Dehaene y Cohen, sostiene que el cerebro humano, bajo la influencia de la cultura, reutiliza regiones cerebrales que originalmente estaban destinadas a funciones evolutivamente antiguas, para realizar tareas nuevas que no existían en el entorno ancestral.
Por ejemplo, el acto de leer es una habilidad cultural reciente (en términos evolutivos), por lo que no existe una «área del cerebro para la lectura» desde el nacimiento. En cambio, el cerebro reutiliza zonas corticales que ya estaban adaptadas para funciones similares, como reconocer objetos visuales complejos, entre ellos caras, casas o herramientas. Así, una zona específica del lóbulo temporal, cerca del área visual, pasa a especializarse en el reconocimiento de palabras escritas.

(En azul cuando el cerebro tiene que pensar en palabras, en celeste cuando piensa en caras, en amarillo cuando piensa en casas o en rojo cuando piensa en herramientas).
En el caso de lesión en ese lugar hay una lexía, es decir al paciente le presentan palabras escritas y no puede leerlas. Le podemos decir una palabra audio verbal y la entiende, pero si lee la misma palabra no la entiende.
Actualidad
Al día de hoy, hay grandes tensiones en neuropsicología, como, por ejemplo: ¿el cerebro funciona como un conjunto de áreas especializadas (localizacionismo)? ¿O como una red integrada donde las funciones están distribuidas (holismo)? La respuesta es que ambas perspectivas tienen parte de la razón, el cerebro tiene especializaciones funcionales, pero estas funciones se apoyan en redes interconectadas.
Tipos de ciencias
Las neurociencias comprenden el estudio de todos los niveles y estructuras relacionados con el sistema nervioso central y periférico. Dentro de este campo, algunos investigadores se enfocan en las biomoléculas que actúan como neurotransmisores y neuromoduladores. Otros se dedican a analizar las membranas neuronales, la conducción de los axones y cómo las neuronas transmiten señales de manera individual, entre otros aspectos. También existen neurocientíficos que investigan las redes neuronales de gran alcance, y en algunos casos, se realizan estudios comparativos, como la diferencia entre el cerebro humano y el de un chimpancé.
Un área relevante dentro de las neurociencias es la psicología, que se relaciona estrechamente con estas disciplinas. Dentro de las neurociencias, una subdisciplina importante es la neurología, que tiene un enfoque clínico. Los neurólogos se encargan de estudiar los síntomas y signos de diversas enfermedades y trastornos del sistema nervioso, incluyendo el cerebro, el cerebelo, la médula espinal y los nervios periféricos. Analizan la fisiopatología, es decir, los factores que afectan al sistema nervioso, los síntomas que producen y los tratamientos posibles para estas afecciones.
Una parte de la neurología se cruza con la psicología. Por ejemplo, si un paciente presenta un trastorno cerebral que afecta áreas relacionadas con el lenguaje, tanto la neurología como la psicología jugarán un papel crucial en su tratamiento.
Además, la psiquiatría también se intercepta con la psicología. Por ejemplo, un paciente con esquizofrenia recibe atención de ambas disciplinas. En este sentido, hay aspectos de la psiquiatría que se solapan con la neurología, como en el caso de la encefalitis y las enfermedades neurodegenerativas.
Asimismo, algunas condiciones psiquiátricas involucran alteraciones en el comportamiento, en los sistemas de creencias, en la organización de la actividad y en la capacidad de interactuar socialmente. Estos trastornos requieren la intervención conjunta de la neurología, la psicología y la psiquiatría.
La neuropsicología se sitúa en esta área de intersección, ya que es una disciplina híbrida que combina enfoques aparentemente distintos.

Esto genera lo que es la interdisciplina, que es el intento de generar lenguajes comunes para entenderse, por ejemplo, en una patología, teniendo en cuenta todas las dimensiones.
Según el tipo de dificultad que tenga el paciente, se generan problemáticas que no pueden ser resueltas solo por un campo, sino que se necesita la articulación de varias disciplinas.
También hay otras denominaciones, como por ejemplo neurociencias cognitivas o neuropsiquiatría, pero muchas de ellas son áreas nuevas donde cada uno defiende su rancho, y muchas veces eso obstaculiza la posibilidad de construir una mirada integral. La interdisciplina, entonces, no solo implica sumar saberes, sino también negociar sentidos, revisar las propias certezas y generar espacios de diálogo que permitan abordar la complejidad de los casos desde múltiples perspectivas.
En neuropsicología se busca trabajar en equipos interdisciplinarios, se trabaja en consultorios, hospitales, policlínicas, centros sociales, centros de enseñanza, etcétera.
Los que comenzaron la neuropsicología eran psicólogos muy estudiosos, con el estudio de las neurociencias. ¿Quién de los dos es el más indicado, el neurólogo o el psicólogo? El que está más preparado, el que tiene más conocimiento. No es una especialidad de la neurología ni tampoco de la psicología estrictamente, pero cualquiera de los dos puede hacerse especialista.
Ética
Una psicología católica parte de una visión integral del ser humano, reconociendo su gran dignidad al ser creado a imagen y semejanza de Dios. «La dignidad de la persona humana radica en que ha sido creada a imagen de Dios. Es esta dignidad la que constituye el fundamento de sus derechos inalienables.«[1] Por esto, la ética nos llama a no reducir al ser humano únicamente a procesos cerebrales ni a explicar su existencia exclusivamente en términos de funciones cognitivas.
Por ejemplo, la neuropsicología puede explicar la memoria, el lenguaje, la atención, pero no puede explicar por qué una persona elige el bien moral o actúa amando a los demás, incluso a costa de su propio bien. Por ejemplo, una persona que perdona a su agresor. En esta acción hay algo más que procesos neuronales, porque si lo hablamos puramente por naturaleza, siempre se buscará sobrevivir. En cambio, el perdón trasciende todo este tipo de mecanismos.
Otro ejemplo sería, ¿por qué el ser humano se pregunta por el sentido de la vida? La neuropsicología puede estudiar el estado de conciencia, pero no puede abordar el acto de conciencia. También la experiencia de Dios no la puede explicar la neuropsicología, pero la teología sí. «La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios y permanece siempre en una relación especial con el Creador.«[2] (Evangelium Vitae n. 53)
Juan Pablo II, en la encíclica Fides et Ratio (1998), describe el equilibrio entre fe y razón con una imagen potente: «La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad.«[3]
Esta metáfora expresa que la fe y la razón son caminos hacia la verdad, que no se contradicen ni contraponen, y que cuando se utilizan las dos alas, no se hace un reduccionismo humano.
La dimensión espiritual
No queremos terminar la nota sin antes mencionar algunos milagros atribuidos a María Santísima en Lourdes a nivel cerebral. La gracia de Dios actúa a nivel espiritual, y como somos una unidad, cuerpo, alma y espíritu, esta misma gracia termina repercutiendo en todo el ser humano, incluyendo el cuerpo.
John Traynor (1923) – Milagro reconocido en 2024.[4] Un veterano de la Primera Guerra Mundial, Traynor sufría de epilepsia, parálisis en el brazo derecho y falta de control en las piernas debido a una lesión cerebral. Durante una peregrinación a Lourdes en 1923, experimentó una recuperación inexplicable. Aunque el milagro fue presenciado por muchos, la Iglesia no lo reconoció oficialmente hasta 2024, tras una revisión de documentos médicos históricos.
Fray Leo Schwager (1952) – Sanación de esclerosis múltiple y hemiplejía.[5] Fray Leo, un monje benedictino suizo, padecía esclerosis múltiple, afasia y hemiplejía. Durante una procesión eucarística en Lourdes en 1952, experimentó una sensación de calor que recorrió su cuerpo. Inmediatamente después, pudo levantarse sin ayuda y caminar, recuperando la movilidad perdida.
Naudin (1978) – Curación de parálisis y recuperación del habla.[6] Naudin, un niño francés, quedó paralizado y sin habla debido a una meningitis neonatal. A los 7 años, durante una peregrinación a Lourdes, fue sumergido en las piscinas del santuario. En el viaje de regreso, comenzó a hablar por primera vez. En peregrinaciones posteriores, su condición mejoró hasta que pudo caminar y asistir a la escuela como cualquier niño de su edad.
[1] Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1700, Libreria Editrice Vaticana, 1992.
[2] Juan Pablo II, Evangelium Vitae, n. 53, Vaticano, 1995.
[3] Juan Pablo II, Fides et Ratio, Vaticano, 1998.
[4] AS, “La Iglesia de Liverpool anuncia el milagro número 71 de la Virgen de Lourdes”, AS.com, 8 de abril de 2024, https://as.com/actualidad/sociedad/la-iglesia-de-liverpool-anuncia-el-milagro-numero-71-de-la-virgen-de-lourdes-n/
[5] DigiLander, Milagros en Lourdes, s. f., https://digilander.libero.it/rexur/miracol/spa/lourdes.htm
[6] El Observador, “Algunos prodigios en Lourdes”, El Observador en línea, 11 de febrero de 2021, https://elobservadorenlinea.com/2021/02/algunos-prodigios-en-lourdes/
Bibliografía
· AS. (2024, abril 8). La Iglesia de Liverpool anuncia el milagro número 71 de la Virgen de Lourdes. AS.com. https://as.com/actualidad/sociedad/la-iglesia-de-liverpool-anuncia-el-milagro-numero-71-de-la-virgen-de-lourdes-n/
· Catecismo de la Iglesia Católica. (1992). La dignidad de la persona humana (n. 1700–1706). Vaticano: Libreria Editrice Vaticana.
· DigiLander. (s. f.). Milagros en Lourdes. https://digilander.libero.it/rexur/miracol/spa/lourdes.htm
· El Observador. (2021, febrero 11). Algunos prodigios en Lourdes. https://elobservadorenlinea.com/2021/02/algunos-prodigios-en-lourdes/
· Juan Pablo II. (1995). Evangelium Vitae [Carta encíclica sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana]. Vaticano.
· Juan Pablo II. (1998). Fides et Ratio [Carta encíclica sobre las relaciones entre fe y razón]. Vaticano.
· Libreria Editrice Vaticana. (2001). La Sacra Bibbia. https://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HT