Cómo se manipulan las ideas: La ventana de Overton

Porque la mente humana no es sólo un conjunto de procesos neuronales: también está influenciada por ideas socialmente aceptadas. Y cuando las ideas se manipulan para que lo impensable se vuelva aceptable, lo que está en juego no es solamente la opinión pública, sino también la salud psíquica, biológica y espiritual.

La llamada Ventana de Overton —ese proceso por el cual ciertas ideas se introducen gradualmente hasta instalarse como norma socialno actúa en el vacío, sino en personas concretas, muchas veces vulnerables, heridas, confundidas. Luego, abarcando cada vez más grupos de personas, logra hacer aceptables y validar ciertas ideas que en un principio eran inaceptables.

Desde el catolicismo, que reconoce que el ser humano es un conjunto de cuerpo, psique y espíritu, y que a su vez el ser humano tiene tres enemigosel mundo, el demonio y la carne—, es urgente discernir cómo las distintas ideas puestas por ciertos sectores o grupos de personas van formando el juicio moral. Porque el mal no se impone de golpe: se disfraza, se suaviza, se argumenta, se banaliza. Y cuando nos damos cuenta, ya está instalado.

“No os conforméis a este mundo, sino transformaos por la renovación de vuestra mente” (Rom 12,2)

La verdadera salud mental no puede estar separada de la verdad sobre el hombre y su fin último. No se trata de adaptarse sin pensar, sino de formar una conciencia recta, iluminada por la fe, para no caer en las trampas del «progreso» que en realidad nos deshumaniza.

¿Qué es la ventana de Overton?

La ventana de Overton es un concepto desarrollado por Joseph P. Overton que describe el rango de ideas que la sociedad considera aceptables o razonables en un momento dado. Este “marco de lo pensable” define qué propuestas políticas o culturales son vistas desde impensables, radicales, hasta aceptables, sensatas, populares o políticas oficiales, según una escala gradual.

Ejemplo

Por ejemplo, en el año 2000, la política, lo popular, lo sensato y lo aceptable era que cuando una mujer quedaba embarazada, daba a luz a su hijo. Incluso, si no quería tenerlo, el bebé nacía y se lo daba en adopción en diferentes lugares.
En ese momento, ¿qué era radical o impensable? Matarlo era impensable. Era una idea radical.

¿Cómo se hace para que la idea de abortar bebés sea posible? En el plano de las ideas y de las discusiones políticas, se van colocando, de manera gradual, ideas que, en último término, llegarán al aborto. Por ejemplo: “Abortar está mal, pero si es por un problema económico, entonces está bien.” O también: “Abortar está mal, pero si es producto de una violación, entonces se puede matar a ese bebé.”

Se va haciendo un corrimiento social, en la discusión política y mediática, en el Parlamento, en el Senado, en los medios de prensa, en las sedes políticas, en el diálogo social, hasta que empieza a ser un poco más aceptable lo que antes era inaceptable.

Públicamente se empiezan a colocar casos desgarradores, como el de una persona que fue violada y que quiere abortar, pero no puede. Aunque el bebé no tiene la culpa del violador, termina pagando las consecuencias, y la mujer, a su vez, termina siendo revictimizada alevosamente, ya que debe atravesar un procedimiento para matar a ese bebé en su vientre.


La realidad es que los casos de violación según datos constatados por el Ministerio de Salud Pública representan un porcentaje muy inferior al que se decía públicamente. Es decir, se reglamente por la excepción y no tanto por la norma en general.

Aparecen personajes del ámbito de la salud que comienzan a hablar de la práctica como si fuera algo completamente normal, como si siempre se hubiese hecho. Hablan en nombre de todo el cuerpo médico, cuando en realidad hay un profundo descontento dentro de la profesión, ya que cuando un médico se recibe, hace el Juramento Hipocrático, cuyo principio esencial es defender la vida.

Y así, paso a paso, se llega a la legalización del aborto, y luego se comienzan a aumentar cada vez más las semanas en las que se permite abortar. En la mayoría de los países donde está legalizado el aborto, ya en esas etapas los fetos presentan actividad neuronal, sienten dolor, experimentan lo que la madre siente a través de las hormonas, tienen huellas dactilares, actividad cardíaca, etcétera.

Corrimiento de la ventana

No se trata tanto de cambiar la realidad en sí, sino la percepción colectiva de lo que está bien o mal, permitido o prohibido, deseable o rechazable. A través de distintos mecanismos —medios de comunicación, entretenimiento, lenguaje, leyes, educación—, ciertas ideas que antes eran escandalosas pueden pasar a ser vistas como normales o incluso virtuosas. Este desplazamiento es lo que se llama el corrimiento de la ventana.

Etapas clásicas de la ventana de Overton

Una idea puede avanzar por estas etapas:

  1. Impensable: absolutamente inaceptable. Tabú.
  2. Radical: tema de estudio o debate académico, aún rechazado socialmente.
  3. Aceptable: se empieza a discutir públicamente.
  4. Sensata: algunos ya la defienden, se considera válida entre opciones.
  5. Popular: gana aceptación masiva.
  6. Política oficial: se legisla, se enseña, se promueve activamente.

¿Por qué está mal?

La Ventana de Overton es un método de manipulación de la conciencia colectiva, que pretende desplazar la percepción del bien y del mal según intereses humanos, políticos o ideológicos. No parte de la verdad, sino de un interés particular. Es decir, si mañana da dinero decir que la luna es de queso, lo van a hacer a toda costa. Utilizarán científicos, medios de prensa, maestros, cantantes y muchos más para reafirmar esta “nueva verdad” en función de intereses humanos.

Pero el ser humano se tiene que adecuar a la verdad de las cosas para vivir bien: la verdad es necesaria. Cualquier persona que vive fuera de la realidad, vive triste.

“¡Ay de los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad!” Isaías 5,20

“Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina […] y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a las fábulas.” 2 Timoteo 4,3-4

“Los labios veraces permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa solo por un momento.” Proverbios 12,19

Si bien también es un problema religioso el tema de la verdad, no lo abordamos por allí: lo abordamos desde la misma salud mental. Al día de hoy, observamos con atención cómo se han legalizado el aborto, el consumo de sustancias con un THC cada vez más elevado, el matrimonio igualitario (ampliando cada vez más los derechos, como, por ejemplo, la adopción), y la eutanasia, que está en vías de aprobarse en Uruguay.

Todo esto configura una verdadera cultura de la muerte. Los países que se perciben a sí mismos como “pioneros” en derechos, como urguay, son también los países con índices de suicidio más altos, e índices de tristeza más altos.

Comparación Uruguay versus Promedio del continente de América Latina. Uruguay con 21,3 suicidios cada 100,000 habitantes, mientras que en la región solo hay 9.

Con la Ventana de Overton, se van imponiendo gradualmente diversas ideologías que alteran la percepción de la realidad y de la verdad: relativismo, progresismo, marxismo, liberalismo extremo, ideología de género, feminismo radical, cristofobia, comunismo, capitalismo salvaje, consumismo, modernidad sin raíces, ateísmo militante y otras agendas globales.

Muchas de estas corrientes han sido impulsadas y sostenidas por estructuras de poder e influencia, algunas de las cuales actúan como sectas ideológicas —como diversas expresiones de la masonería, y entidades como el Club de Leones, el Rotary Club, entre otros—, que promueven una visión del hombre alejada de su dignidad trascendente.

¿Y qué tienen que ver las filosofías con la psicología? Muchísimo.
Imaginémoslo así: podemos estar sanos de mente, pero la filosofía son como los lentes que nos ponemos para ver el mundo.

Dependiendo de los lentes que uses, será lo que puedas ver. La mayoría de los lentes acotan la vista, mientras que Dios te sana la mirada y te quita los lentes: no sigue ningún sistema, no sigue al mundo.

¿Qué se debe hacer?

Cualquier persona en este punto debe buscar la verdad, “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8,32.

Y aquí viene la pregunta, ¿cuál es la verdad? Ya lo dijo Cristo, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” Juan 14,6. Cristo rompe todas estas cadenas, y nos hace libre verdaderamente.

1: Debemos formarnos en la verdad.
Formar la inteligencia en cada aspecto y dudar de lo que el mundo nos ofrece.
“Mi pueblo perece por falta de conocimiento” (Oseas 4,6).
No hay que tener miedo de decir la verdad.
Lo que hoy se llama “tolerancia”, muchas veces es cobardía disfrazada.
No se trata de agredir, sino de no callar el pecado ni disimularlo.

2: Formar la conciencia.
La conciencia, iluminada por la moral, nos permite distinguir con claridad lo que es pecado mortal y lo que es pecado venial, y rechazar todo pensamiento que no provenga de Dios. “La conciencia debe ser formada y el juicio moral iluminado. Una conciencia bien formada es recta y veraz” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1783).
Y a medida que esa conciencia se forma, debemos combatir el mal con firmeza, tomando una actitud decidida y radical contra el pecado.
“El veneno más mortal en nuestro tiempo es la indiferencia”San Maximiliano Kolbe.

3: Vivir lo que predicamos.
San Pablo no dice: “hablad de Cristo”, sino: “Revestíos del Señor Jesucristo” (Romanos 13,14).
No se combate la mentira solo con discursos, sino con vidas que muestren que vivir la verdad es posible y hermoso.
“Brillen así vuestras obras delante de los hombres, para que vean el bien que hacéis y glorifiquen al Padre que está en el cielo” (Mateo 5,16).

¡Socórrenos, Señor!
Ya no hay hombres fieles,
ha desaparecido la lealtad entre los hombres.

 Cada uno dice mentiras a su prójimo,
hablan con labios aduladores y con doblez de corazón.

 Que el Señor arranque todos los labios aduladores,
la lengua que habla con soberbia,

 A los que dicen:
“Con nuestra lengua venceremos;
nuestros labios nos defienden,
¿quién puede dominarnos?”

 Por la opresión del humilde,
por el gemido del pobre,
me levantaré ahora —dice el Señor—,
y pondré a salvo al que es despreciado.

 Las palabras del Señor son palabras puras,
como plata refinada en horno de barro,
depurada siete veces.

 Tú, Señor, nos guardarás,
nos protegerás por siempre de esta generación.

 Aunque la vileza se enseñoree entre los hombres
y la mentira sea exaltada por doquier.

Salmo 12, 2-9

Bibliografía

  • Catecismo de la Iglesia Católica. Librería Editrice Vaticana, 1997.
    https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html
  • Conferencia Episcopal Española. La Sagrada Biblia: Versión oficial de la CEE. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2010.
  • Kolbe, San Maximiliano. Citado en: «El veneno más mortal en nuestro tiempo es la indiferencia.»
    Cf. testimonios y cartas en: Escritos de San Maximiliano Kolbe. Roma: Milicia de la Inmaculada, 1997.
  • San Agustín. Confesiones. Trad. Manuel Fuentes Benot. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1995.
  • San Atanasio. Carta a los fieles de Alejandría, n. 5. Citado en diversas recopilaciones patrísticas.
  • San Pablo. Carta a los Romanos, 13,14. En: La Sagrada Biblia: Versión oficial de la CEE.
  • San Pablo. Carta a los Efesios, 5,23; Primera Carta a los Corintios, 11,3. En: La Sagrada Biblia: Versión oficial de la CEE.
  • Sagrada Escritura. Salmos 12; 15; 43; 86; 119. En: La Sagrada Biblia: Versión oficial de la CEE.

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Beato Monseñor Jacinto Vera. Primer Obispo del Uruguay y un gran santo de la Iglesia Católica Uruguaya.

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