¿Cómo es la mujer?

Dado que vivimos en años de mucha incertidumbre, de duda e inseguridad, donde las distintas filosofías han atacado la verdad, dedicamos una entrada a hablar sobre la mujer.

«Llegará el día en que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde». G.K. Chesterton, Herejes (1905).

En esta entrada vamos a hablar sobre la mujer en torno a los datos psicológicos, biológicos y espirituales, detallando el comportamiento y cómo este tiene una base neuropsicológica. A su vez, exploraremos a la mujer a la luz de la fe y las escrituras, para comprenderla y descubrir cómo la concupiscencia ha afectado al ser humano.

La antropología del hombre y la mujer no atiende a una moralidad religiosa, civil o cultural; la Iglesia no se inventó unos roles que deben cumplir sus adeptos, sino que el sexo varón y mujer es de ley natural, está en la misma esencia del sexo y la Iglesia Católica atiende a esta ley natural humana, es decir, adhiere a ella.

Antes de comenzar a exponer sobre la mujer y las diferencias entre el varón y la mujer, debemos mencionar lo que el sacerdote uruguayo Horacio Bojorge habla sobre la “disimetría en el desorden de las pasiones”[1] para entender varios aspectos bien interesantes.

Disimetría en el orden de las pasiones

Bojorge dice que el pecado original deja heridas en el varón y la mujer que no son iguales, sino distintas, son disimétricas.

“El varón cae más en el polo animal, hacia el polo instintivo, a convertirse en perro o en chancho. La mujer más bien se exalta exageradamente hacia el polo espiritual; tiende a convertirse en bruja o en demonio. A la mujer se le exageran los apetitos espirituales del alma, mientras que, al varón, los apetitos del cuerpo”.[2]

Con la “disimetría”, lo que quiere decir Bojorge es que las concupiscencias o inclinaciones que tienen el varón y la mujer son distintas y eso es clave para entender las diferencias. ¿Por qué son distintas? Porque hay una base biológica, psicológica y espiritual que son distintas; hablando coloquialmente, es como querer que la papa y el boniato tengan el mismo gusto. Pero no, porque son distintos.

Desde el pecado original, el “Señor Dios dijo a la mujer: «Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a tus hijos con dolor. «Sentirás atracción por tu marido, y él te dominará» (Génesis 3, 16). Este dolor que experimenta la mujer con su hijo y con su esposo, demuestra como consecuencia del pecado, la mujer queda herida en el alma, en su corazón, en lo afectivo, en sus emociones.

En el caso del varón, Dios le dice: «Porque hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol que yo te prohibí, maldito sea el suelo por tu culpa. Con fatiga sacarás de él tu alimento todos los días de tu vida. Él te producirá cardos y espinas y comerás la hierba del campo. Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!». (Génesis 3, 17).

Como consecuencia del pecado de Adán, con fatiga sacará el alimento, “te producirá cardos y espinas”, “ganarás el pan con el sudor de tu frente”; en definitiva, el varón queda herido en la carne, donde se ve más inclinado a la gula, la lujuria, la pereza, e inclinaciones carnales.

Para pasar en limpio, luego de la desobediencia de Adán y Eva, los varones quedan heridos en la carne y las mujeres quedan heridas en el corazón y esto pasa en la sociedad y lo podemos comprobar. Pero no solo hay una disimetría en el orden de las pasiones e inclinaciones, sino que también hay singularidades en cada sexo.

Singularidades desde el Génesis para cada sexo.

El relato bíblico muestra cómo Eva es creada de la costilla o baculum de Adán y esta es una carne que ya está espiritualizada. A diferencia del machismo del mundo, para la mujer es una ventaja bastante grande sobre el hombre, ya que la mujer tiene una profundidad que el hombre apenas logra vislumbrar. Su corazón es enorme, profundo, entiende lo abstracto, lo espiritual y el detalle, realiza mil tareas y está pendiente de todo a la vez, mientras que el varón es más concreto, más “cuadrado”.

La diferencia radica en que, mientras que el varón es creado de barro, la mujer es creada de una carne ya espiritualizada, que era la de Adán; es decir, el sustrato biológico comienza diferente, y en esto hay diferencia.

Esto lo podemos comprobar no solo en la psicología, sino también en la biología; la mujer tiene mayor materia blanca que el varón, logrando mayores circuitos neuronales, logrando un procesamiento más amplio entre las funciones ejecutivas. Otro ejemplo sencillo es ir a una misa y notar que el 80 % de los participantes son mujeres; por esa conexión que encuentran con lo espiritual, sus almas buscan mucho más la trascendencia, el cielo, en definitiva, a Dios.

Pero el varón también tiene virtudes en su ser: “No había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre que cultivara el suelo” (Génesis 2, 5). Entonces Dios hace al varón: “Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida”. Génesis 2, 7. “Yavé Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara”. Génesis 2, 15: «Entonces Yavé Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre». Y el nombre de todo ser viviente había de ser el que el hombre le había dado.” Génesis 19

El relato bíblico ya de entrada muestra el ser de Adán, para que trabaje la tierra, para que la “cultivara y lo cuidara” y a su vez da dominio, lo hace cabeza, le da autoridad por encima de las criaturas (toda clase animal y vegetal), porque le da el nombre a cada uno de ellos. El hecho de que les ponga nombre a los animales es también un gesto de autoridad y de dominio que les da Dios a los hombres.

En la biología también podemos ver lo que comenta el Génesis, en cuanto al trabajo de la tierra y el varón, ya que coincide con sus capacidades. Podemos observar en el encéfalo mayor materia gris que la mujer y notoria mejoría en la musculatura. Esto le ayuda a las habilidades espaciales, habilidades corporales y motoras, con mayor precisión y mayor resistencia. Incluso el varón está estimulado a correr más riesgo; las áreas responsables de toma de decisiones son de mayor tamaño.

En este sentido, no tiene sentido que un transexual vaya a competencias de mujeres y las gane.

También Adán le da nombre a Eva, pero Adán reconoce que ella es de la misma altura y dignidad. “El hombre puso nombre a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras salvajes. Pero no se encontró a ninguno que fuera a su altura y lo ayudara”. Génesis 2, 20. Y luego, cuando Eva fue creada, Adán exclama: “Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Génesis 2, 23).

La óptica del mundo, el machismo y el feminismo encuentran en el Génesis que uno está por encima del otro, que uno tiene mayor dignidad, pero esto no es así, ni nunca fue así. Lastimosamente, por machismo y el feminismo y por falta de virtud, hoy tenemos grandes luchas de sexos, que en algunos pocos aspectos hablan con verdad, pero en otros aspectos no.

“Todos los males en el mundo son a causa de los católicos tibios”. Papa San Pío V.

Marx decía que había que destruir la familia terrena para poder destruir la familia celestial. Pues al día de hoy las distintas filosofías han logrado una guerra de sexos entre el varón y la mujer. El trasfondo de esta guerra no es de conceptos, es espiritual, es la lucha de Dios contra el demonio en la que tenemos puesta la confianza de que será victorioso. El terreno de batalla no es en un país, es en cada corazón humano y está en cada uno coronar o no.

Pues lo expresado en este capítulo es para tener a grandes rasgos lo que son la esencia de cada uno y su disimetría, para con esta base poder desarrollar más ampliamente el tema.

¿Cómo es la mujer?

A nivel biológico – Cuerpo

Al principio puede parecer una clase de biología, pero es importante mencionar las diferentes estructuras, porque lo biológico, de una manera física, también nos habla sobre su psicología y su espíritu. Por ejemplo, si vemos un celular con muchas cámaras, nos hacemos una idea de que tiene buena calidad de imagen, y tiene distintas opciones para sacar fotos. Lo mismo pasa en la biología: cada estructura diferenciada nos habla de quién es la mujer o el varón.

Cerebro

Las diferencias entre el hombre y la mujer en el cerebro no implican superioridad, sino especialización funcional.

Conexiones. A nivel biológico, específicamente en el encéfalo, la mujer tiene mayor materia blanca, logrando mayor cantidad de axones mielinizados (parte de la neurona que comunica información) que el varón. Esta diferencia se relaciona con el uso de la comunicación y la regulación de emociones e integración emocional y racional, multitareas más eficientes, empatía más desarrollada, notoria mejoría con la comunicación y el lenguaje, mejor procesamiento social, incluso hasta mejor respuesta al estrés y una buena percepción sensorial.

El cuerpo calloso que conecta los dos hemisferios también es de mayor densidad, coordinando las funciones de ambos lados. La capacidad de la mujer para comunicarse es extraordinaria, mientras que el hombre es concreto y básico.

Podríamos comparar el cerebro con una casa. En el caso de la mujer, las habitaciones (funciones cerebrales) están mejor conectadas mediante pasillos amplios y funcionales, lo que facilita la circulación de información entre distintas áreas. En el varón, cada habitación es amplia y bien equipada, pero los pasillos que las conectan son más estrechos, lo que puede dificultar la comunicación entre funciones.

Regiones especializadas. También se encuentra en la región temporal media un mayor desarrollo; estas se han relacionado con el procesamiento auditivo, la memoria a corto plazo y la solución de problemas. Esta región tiene una mayor conectividad con el área prefrontal en la mujer, lo que se ha relacionado con la memoria y el rendimiento cognitivo que el hombre. También le permite realizar multitareas más fácilmente.

La mujer tiene habilidad para lo abstracto, lo profundo y lo complejo. El padre Horacio Bojorge dice que la mujer es una fuente inagotable en su expresión.

Las mujeres tienden a tener mayores habilidades lingüísticas que los hombres debido a su mayor activación en el lóbulo temporal izquierdo del cerebro. Esta área, que controla el lenguaje, la memoria, la orientación espacial y la comprensión de la información, permite a las mujeres hablar con mayor fluidez, con un mayor vocabulario, mejor comprensión de conceptos abstractos, la creatividad, habilidades intuitivas y una mayor facilidad para recordar palabras.

Endocrino                  

La mujer a nivel de los cromosomas está definida por XX. Por naturaleza también suele recoger más grasa en su cuerpo; esto tiene más que ver con la reproducción de la especie. En ese sentido, es un fin procreativo que solo la mujer lo tiene.

La mujer produce hormonas que van a permitir que haga un adecuado desarrollo gestacional. Por eso, sus caderas más ensanchadas la preparan para ser madre, para albergar en su vientre el ser portador de la vida.

Hoy vemos tantos enemigos de la mujer, como el aborto, que le hacen creer que su virtud más grande de ser co-creadora, de dar vida, es una ocasión de vergüenza, de sumisión, de supuesta “ama de casa”. Pues si eres mujer, que no te hagan creer que lo más distintivo que tienes es un martirio; no te dejes avergonzar por tus grandes virtudes. Dios te lo ha regalado, disfrútalo, aprovéchalo, acéptalo y vívelo.

No conviertas tu santuario de vida en un cementerio. No dejes que te laven la cabeza por un eslogan y por viejos odios de otras personas. Es como decirle a Messi —jugador de fútbol— que no sabe nada de pelotas, y que se vaya a jugar a las bolitas; se pierde un talento gigante, se le arruina la vida a Messi, por personas que creen saber quién es Messi y lo que puede hacer. Así es gran parte del feminismo.

La mujer, a nivel biológico, madura mucho más rápido que el varón. La mujer por naturaleza produce estrógenos y progesterona, que son las hormonas femeninas por naturaleza; estas le dan ventaja sobre el hombre, ya que le ayudan a tener mayor resistencia al estrés y mantener un equilibrio a corto y largo plazo.

Los estrógenos desarrollan características sexuales secundarias como los senos, la distribución de la grasa en las caderas, regulan el ciclo menstrual, tienen un rol neuroprotector y estimulan el revestimiento del útero para prepararlo por posibles embarazos.

La progesterona prepara el útero para el embarazo engrosando el endometrio para recibir al óvulo fecundado. También relaja los músculos uterinos evitando contracciones y partos antes de tiempo, modula el sistema inmune, participa en la regulación del estado del ánimo y ayuda al desarrollo de las glándulas mamarias. Estas hormonas son producidas por los ovarios, bajo la dirección del eje hipotálamo-hipófiso-ovárico.

Órganos

A nivel corporal, la mujer tiene un conjunto de órganos en la región pélvica exclusivos del sexo femenino.

Ovarios. Tienen como función principal producir óvulos y la secreción hormonal con estrógenos y progesterona. La producción de óvulos durante la vida fértil de la mujer es de entre 300 y 500 ovocitos, que podrán ser ovulados realmente. Se gasta uno por cada ciclo menstrual aproximadamente. (señalados en la imagen de color verde)

También las trompas de Falopio. Son los tubos delgados que transportan el óvulo desde el ovario al útero.

Útero y cérvix. También encontramos el útero o matriz, que se encarga de alojar y nutrir el feto durante el embarazo. A su vez, el útero expulsa su revestimiento cada mes (depende de cada mujer el tiempo en que lo expulsa), si no hay fecundación. A su vez, la mujer tiene un cuello uterino que es la parte inferior del útero que conecta con la vagina; este se llama cérvix.

Placenta. Es el órgano olvidado, porque es un órgano temporal; solo aparece durante el embarazo y es exclusivamente del sexo femenino, aunque también en la placenta se encuentra ADN del feto y ADN del padre. Se forma a partir del tejido materno-fetal.

Vagina, vulva y clítoris. Siguiendo con las singularidades físicas, como órgano de cópula, menstruación y parto, la vagina y la vulva, que es la estructura externa que incluye labios mayores y menores. También el clítoris, que es un órgano diseñado para el placer al momento de la cópula, y el meato urinario y orificio vaginal, que sirven para orinar.  

Senos. Los senos o mamas son otro órgano característico del sexo femenino; en primera instancia tienen glándulas mamarias que producen leche materna para alimentar a los bebés. Es de gran importancia su producción y la interacción afectiva madre-bebé. Tienen diferentes tipos de tejido que le dan forma, volumen y sostienen la estructura. A su vez, también tienen una función de excitación sexual, ya que son una zona erógena altamente sensible, con respuesta neurológica intensa.

Corporal

A nivel corporal, la mujer tiene como distintivo la belleza; goza de una piel cuidada, formas y figuras detalladas. Su pelo es único y es el marco de una obra de arte.

Hay diferencias óseas visibles, como es el ensanchamiento de pelvis, lo que permite con más facilidad albergar hijos y dar a luz. El varón ve atractivo las caderas y los senos, porque estos dan información de que hay signos de fertilidad y capacidad reproductiva y a su vez muestran la madurez y posibilidad para lactar.

Su diferencia curvilínea es envolvente y sin aristas; tiene una redondez. A diferencia del varón que marca presencia, la mujer marca espacio para otro.

San Juan Pablo II, en la teología del cuerpo, dice que la mujer manifiesta en su cuerpo y ser una capacidad única para acoger, cuidar y dar vida.

“El misterio de la mujer es el misterio de lo bello que revela algo mayor que ella misma.” Edith Stein o Von Balthasar.

En contraste, podemos observar que el cuerpo del varón está más bien destinado a la fuerza, defensa y protección (por eso en una guerra van varones y no es de “machismo”, tiene un fundamento biológico, psicológico y espiritual).

La voz de la mujer, por sus diferencias anatómicas y de desarrollo, hace que se perciba más ligera, dulce o aguda. No se desarrolla mucho más desde la voz de niña hasta la adulta. El varón sí cambia de la voz de “pito” a una voz más grave. La mujer irradia belleza, y no solo por su estética, sino también por todo su ser, por toda su personalidad.

Chiara Corbella. Sierva de Dios. murió de cáncer a la edad de 28 años. Durante su lucha contra la enfermedad, le propusieron abortar, pero Chiara decidió priorizar la vida de su hijo, Francesco, posponiendo su tratamiento de cáncer hasta después de su nacimiento.

La mujer tiene delicadeza en los movimientos; al caminar, al gesticular, suele ser más expresiva, y esto viene de una inteligencia corporal emocional, como si el cuerpo hablara de lo que hay en el corazón. Otros ejemplos los podemos ver en la danza, en la manera de sentarse, en cómo abraza, en cómo camina; todo movimiento marca una singularidad única y especial. Su forma de mover no conquista espacios, los embellece.

El rostro de la mujer te habla sobre cómo está su corazón, y un buen psicólogo, con solo observar los movimientos y su rostro, ya debería tener a grandes rasgos cuáles son los motivos de consulta. El rostro de la mujer comunica muchas emociones; incluso la mujer muchas veces expresa más con los gestos que con las palabras.

Santa Teresa del Niño Jesús doctora de la Iglesia Católica

Su cabello es un gran distintivo; por un lado, nos muestra la vitalidad, una autoafirmación y un estilo personal. El cabello para la mujer es de gran importancia, y con ello la mujer comunica cosas. Por ejemplo, se puede observar grandes cambios en el corte de cabello, cuando interiormente la mujer está en procesos de grandes cambios también.

A nivel psicológico – Alma y espíritu.

La redención del mundo llegó a través de la mujer; ella es la pieza clave en la historia de la salvación. Muchos hablan de que Dios es varón, por Jesús, pero nadie dice que la Reina y Madre de todo lo creado es una mujer, la Santísima Virgen María. Nadie dice que una mujer trajo a Jesús -a Dios- al mundo y que es la representante de toda la humanidad. Nadie dice que una mujer comparte la misma sangre con Dios… No se ven hombres con pancartas afuera de la iglesia diciendo «Abajo el matriarcado” por la Virgen. En el varón no se encuentra esta lucha, sino que encuentra admiración, reverencia y mucho respeto por María.

Santa Teresa de Calcuta jugando con un niño. Se dedicó a trabajar por los más pobres entre los pobres.

Hay un dicho que dice: “El hombre es la cabeza”, pero yo diría: “Si el hombre es cabeza, la mujer es el corazón”. Y el ser humano hasta puede seguir con signos vitales con muerte cerebral, pero no sin corazón. No es un problema de quién manda más, es un trabajo de equipo; se necesita la cabeza y el corazón; si no, no marcha.

La Trinidad no pelea una parte contra la otra; no vemos al Padre enojado con el Espíritu Santo y al Hijo contra el Padre porque lo mandó a la tierra. Tampoco se enoja el Hijo porque es “la segunda persona” y no “la primera persona”. Trabajan juntas y tienen un orden; los tres tienen una misma gloria, pero con diferentes singularidades, aunque un solo Dios.

Lo mismo en el matrimonio: son uno solo, hombre y mujer, con la misma dignidad, que tienen singularidades, un deber-ser, unas particularidades, pero no por eso una lucha de poder entre ellas.

Santa Gianna Beretta Molla fue una médica pediatra y laica católica italiana, que falleció prematuramente de un cáncer uterino, prefiriendo salvar la vida de su hija aún no nacida antes que la suya.

Desde el principio

Siguiendo con Génesis, ya desde el principio, desde Adán y Eva, hay grandes diferencias entre el hombre y la mujer que le caracterizan. Como mencionamos, la mujer fue creada desde una carne ya espiritualizada, mientras que el varón desde el barro. El Génesis muestra en esto cómo la mujer tiene una amplitud superior a los hombres en su alma.

“Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con carne. De la costilla que Yavé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: «Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada». Génesis 2, 21-23

¿Cómo repercute lo del génesis a nivel práctico?

El barro es bruto, moldeable, terrenal, pero la costilla o “baculum” de Adán es carne que ya ama, tiene vida. La mujer encarna una elaboración más fina del ser humano, más volcada hacia lo interior, hacia lo profundo, hacia la intuición, hacia la riqueza de corazón, hacia la profundidad espiritual; es más afín a Dios, a lo angélico. Todo esto se comprueba a nivel biológico, como ya hablamos de las estructuras. A nivel espiritual podemos observar, yendo a una misa, como el 80 % de las personas que están son mujeres. Incluso hay más santas mujeres en la Iglesia Católica que varones.

En contra de estas virtudes que la mujer tiene, el mundo, el demonio y la carne, lo que quieren resaltar de la mujer es su cuerpo sexual. Pareciera que el valor de una mujer es si es bella o si es desarrollada. La gran mayoría de los productos o canciones los venden con cuerpos de mujer, y muchas veces o la mayoría de las veces, cuerpos semidesnudos. Para el sexo femenino es una “tomadura de pelo”.

Santa Faustina Kowalska. Por su oración se le atribuye lograr desviar el ejercito Nazi de una ciudad.

El feminismo, en cierta forma, es un no rotundo a las penas del pecado original, la concupiscencia. Hay tanto desconocimiento de la mujer, que los movimientos destruyen su “ser” mujer. Pero no se llega a ser mujer, no se forja una mujer; ya se nace mujer. Las verdaderas feministas son las que son verdaderamente femeninas. En este sentido, Santa Catalina de Siena dijo: “Si sois lo que debéis ser, prenderéis fuego el mundo entero».

También vemos a Adán y demuestra un poco de lo que por deber-ser tiene el varón, que entrega, si es necesario, la vida por su familia y por su Eva.

Luego, por el Sí de una Mujer viene la salvación del mundo; gracias a ella, la Santísima Virgen María, siendo una criatura, siendo humana como tú y yo, encontramos las gracias de Dios en nuestra vida. Una criatura mujer es la Reina y Madre de todo lo creado.

Singularidades

Siendo la mujer de una condición más excelsa que el varón, es creada para formar un equipo con el varón para acompañarse mutuamente, y ella en especial, siendo más afín a lo espiritual, ayuda al varón para que no se pierda en las cosas terrenas. Dentro de la óptica Católica, lo más noble y fuerte está al servicio de lo más débil y lo más necesitado.

Siendo el corazón de cualquier familia, la mujer como gran educadora, amiga y maestra de amistades, profesionales de la unidad, enseña al hombre, a sus hijos e hijas el camino de la vida. Los hogares sin un padre son difíciles, pero sin una madre son casi imposibles. La mujer tiene la capacidad de ser madre y padre a la vez, de ser esa figura interior que hace de sostén en cualquier situación.

La mujer va a lo concreto, el varón a lo general. La mujer tiende más al detalle; por ejemplo, en una reunión adorna la casa, arregla la heladera, las cortinas, mientras que el varón mira el edificio, la construcción. Cuando estamos en una reunión, la mujer ve si combina la ropa, si está ajada, mientras que los varones no lo observan.

Su mente es profunda, por eso hay un dicho que dice “es mejor amar a las mujeres que entenderlas”, porque su sentido es tan profundo que muchas veces el varón no va a llegar a comprenderlas. Pero la profundidad también puede ser un problema, ya que a nivel de la psiquiatría hay una prevalencia mayor de que la mujer padezca trastornos afectivos, como depresión, bipolaridad, ansiedad, etc. 

Santa Josefina Bakhita fue una religiosa sudanesa nacionalizada italiana. Sobrevivió al secuestro y la esclavitud.

La mujer, por su forma de estructurar el psiquismo, por su biología, por su espiritualidad, manifiesta ciertos rasgos y expresiones de su ser:

Compañera. Expresión innata incluso desde el Génesis, en lo que su ser navega sin dificultad. La empatía, la comprensión, la escucha son sus armas. Se debe entender que es llamada a una ayuda adecuada no por su utilidad, sino por su profundidad vincular. La empatía, la escucha, la comprensión son sus formas generalmente de habitar.

Sensible. Por su foro interno grande, por fijar su atención en el detalle, hasta por su manera delicada de vestir, hablar y actuar. Por su sentido fino, preciso y efectivo. Aunque también frágil como una copa que es necesario cuidarla.

Comunicadora. De forma muy abierta, con gran flexibilidad, considerando sus ideas como las del resto. Se sienten más cómodas expresando abiertamente lo que sienten, para establecer conexiones más profundas. En muchos casos intuyen descubriendo rasgos ocultos.

En la Ira

La mujer cuando se enoja es mucho más fría que el varón, es calculadora, agudiza el entendimiento, se venga poco a poco, y cuando da el golpe logra dar en el punto exacto para herir al otro. Mientras que la ira del varón es física y en el momento que se enoja llega al punto máximo, luego se calma y puede abrazarse o perdonar a la persona con la que se enojó. Los golpes de la mujer son sus silencios o palabras mortales y les cuesta mucho más tiempo el perdón y el olvido.

Bojorge dice que “si bien los dos se enojan por una frustración del deseo o por un mal presente[3], la mujer “cuando se enoja se le agudiza la inteligencia; pareciera que piensa mejor lo que va a decir para lastimar más; es una ira fría y racional. Cuanto más se enoja él, más serena se pone ella y mejor piensa lo que le va a decir. En Entre Ríos hay un refrán que dice: “Afilado como lengua de china”, que corta (“china” se le dice a la mujer). La de la mujer es una ira más espiritual, y la del varón más animal.”

Siempre hablamos en términos generales, ya que también la mujer puede tener respuestas emocionales intensas, como golpear o gritar como el varón, o el varón tener palabras crudas e hirientes.

Los dos tipos de ira son malos, la del hombre y sus golpes o la mujer y sus palabras. A veces se piensa que porque sea una ira física siempre es peor que una ira psicológica, pero muchos hombres se han suicidado, se han enfermado, han estado con mucha depresión también por la ira de una mujer.

Algunos ejemplos son cuando la mujer aparta a los hijos de sus padres, o una denuncia grave y pública que es falsa, o cuando con unas palabras que no son insultos, pero que sí son muy fuertes, como por ejemplo “nunca serviste para nada” o “tendría que haberme quedado con mi ex”, o haciendo comentarios sobre lo malo que es en las relaciones sexuales o sacando “los trapos al aire”, hablando de los defectos del esposo frente a otras personas.

Cuando la mujer tiene mucha ira, tiende a guardar las cosas mucho más en el interior; por lo tanto, puede sufrir más. Toma nota de todo lo malo, de lo que dijo una persona, de cómo miró la otra o por qué otra persona no fue atenta. Tiene capacidad de dolor y de sufrimiento, en sentido psíquico y espiritual. Por eso también vemos cómo Dios la dota de ser portadora de vida, porque puede administrar todas estas emociones.

Cuando la mujer aprende a identificar sus emociones, cuando la mujer aprende a trabajarlas y aceptarlas, crece mucho como persona. Si bien la mujer puede hacer este tipo de daño, también puede ser un gran ángel; tiene una capacidad de entregarse que no pasa en el varón.

Esta profundidad espiritual que tiene la mujer se ve muy clara en una parroquia; la mayoría de las personas que están en misa, que ayudan, que hacen apostolados, son mujeres. Aunque también la mayoría de los problemas en una parroquia sea por celos, envidia o por “pelea de territorios” en una parroquia por mujeres.

En la gula

La gula de la mujer tiende a ser más refinada, golosa: el postre refinado, el dulce con café y una masita; es decir la calidad. Mientras que el varón se come tres platos de fideos, es más bien la cantidad. En el minimalismo de las comidas también se encuentra la gula, y en este caso la virtud se encuentra en el medio: una comida rica, también sencilla y en cantidades adecuadas.

Aunque también se está produciendo un efecto bastante tenebroso, y es que la disociación de los varones y las mujeres es tan grande, que hasta en la antropología pareciera que se invierten los defectos. Un ejemplo es ver cómo la mujer hoy toma mucho alcohol, en muchos casos, más que el hombre. El que tiende más a esta inclinación es propiamente el hombre, y esto se debe a lo calamitoso del mundo y a lo que pareciera que estamos llegando a extremos difíciles.

En la lujuria

La mujer tiene una sexualidad más integrada con su corazón, con su psique y su espíritu; es más difícil que separe la sexualidad de la afectividad. En términos generales la mujer dona el corazón. Esto lo vemos en la Biblia, pero también anatómicamente como ya vimos.

A nivel biológico, durante la intimidad, la mujer libera mayor nivel de oxitocina, la “hormona del apego”, reforzando el lazo afectivo. Además, el cerebro, por tener el cuerpo calloso más grueso conectando los dos hemisferios, hace que su experiencia sexual esté entrelazada con su experiencia afectiva y emocional de forma natural. Siempre hay casos (cada vez más) donde la disociación es grande y esto con el tiempo se ve cada vez más, pero es parte de un problema social que no desarrollaremos en esta entrada.

En el caso del hombre, tiene una conducta sexual exacerbada, incluso desde su cerebro, y termina en muchos casos, lamentablemente, separando sexo de amor. La mujer a nivel cerebral todo lo tiene en un conjunto y no es tan fácil separarlo.

El varón en las relaciones sexuales llega rápidamente a la cúspide y luego baja rápidamente. Sin embargo, la mujer va subiendo más lentamente, y cuando llega al mejor punto, comienza a bajar lentamente. Esto es de mucha importancia, ya que el varón comete muchos errores a la hora de la cópula, por ejemplo, comenzar las relaciones sin tener un tiempo de cariño y juego. Entonces, cuando el hombre llegó a la cúspide, la mujer no empezó por sentirse apurada o no entendida, o comenzó muy poco. Otro error común del varón es terminar y dejar sin más la escena, en vez de seguir unido a su esposa para el mejor disfrute de los dos.

Bojorge comenta que en la mujer “la sexualidad expresa su amor, su personalidad y su capacidad de entrega y de ternura, la manifiesta a ella misma como persona en su capacidad de amar, su entrega amorosa. La lujuria, es decir, el desorden de la sexualidad, se expresa en la mujer más bien como instrumentación calculada de la sexualidad separada del amor, pero no por sí misma como en el varón. Es decir que, si hay en la mujer una corrupción de la sexualidad, puede venir por la manipulación de la sexualidad al servicio de su posesividad amorosa o, en el caso de la prostitución por ejemplo, al servicio de la codicia, para ganar dinero, o también para tratar de conquistar el amor de un varón; aunque es un mal camino porque precisamente así no se conquista a un varón, sino que se lo hunde en su polo instintivo.”[4]

En la relación, la mujer se implica mucho más que el varón; por eso, en la ruptura de pareja, la mujer tiende más a la depresión y a una dependencia emocional. En el varón hay otras implicaciones, pero la mujer lo vive de una manera más intensa, porque ama desde una manera más integrada, desde la continuidad en pareja.

En el área de la afectividad, la mujer se entrega realmente, pero muchas veces la mujer se entrega demasiado a su pareja, buscando seguridad, y a veces puede esperar mucho del otro y cuando no lo recibe, es un dolor agudo. En algunos casos queda en dolor, en otros casos tiene actitudes hirientes hacia el otro, aumentando más las inseguridades.

“La mujer da sexo a cambio de amor y el hombre da amor a cambio de sexo”.

En la avaricia

Las consecuencias del pecado para Eva son que se desgarran sus amores, «Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a tus hijos con dolor. Sentirás atracción por tu marido, y él te dominará» (Génesis 3, 16).

El Génesis no relata literalmente lo que va a suceder, sino que en sentido figurado le está diciendo a la mujer que en su corazón, que es grande, también allí reinarán la tristeza, el miedo y la inseguridad. Puede que pase en modo general, pero particularmente en el amor de esposa y de madre, sus dos grandes misiones.

Vale aclarar que no son castigos de Dios, son consecuencias de separarse de Él. A esto es a lo que llama la Iglesia Católica “concupiscencia” (inclinación al mal).

Los sacramentos son remedios a la concupiscencia; son los que suplen, sanan y enderezan estas inclinaciones. Justamente donde la mujer tiene más atributos, donde es más espiritualizada, es donde queda la pena o inclinación. Por esta profundidad espiritual, la mujer exagera los apetitos; por eso en su parte amorosa, cuando ama a una persona, exagera y tiene un deseo desordenado en el amor. Esto conlleva que sea controladora, dominadora, posesiva y absorbentes en las relaciones.

En la pareja o con sus hijos, la mujer debe comprender que no son su posesión, sino de Dios. Aquí la avaricia no se refiere tanto al dinero, sino al deseo desordenado de “tener” o “poseer”, en este caso poseer amor.

La mujer, en su alma, busca la seguridad y en esto Bojorge dice: “Hay un libro del siglo XIV del Arcipreste de Talavera, Enrique Martínez de Toledo, que se llama El corbacho, que en español antiguo significa látigo, el latiguillo, porque fustiga los pecados y los vicios capitales. Él pone como vicio capital de la mujer la avaricia y como vicio capital del varón, la lujuria. La avaricia está conectada en la mujer principalmente con su deseo de seguridad. Sobre todo, la mujer se mueve hacia la avaricia cuando no encuentra la seguridad en el varón que tiene al lado; cuando ella se siente desprotegida del amor que debería protegerla, se mueve para buscar su seguridad en el dinero. Por eso, cuando hace crisis un matrimonio, si lleva al divorcio van a observar ustedes que la pelea es por los bienes, porque ella pierde la seguridad que le da el amor y entonces necesita la que le da el dinero. Pero eso es una corrupción del alma de la mujer.”

En la práctica, la mujer es posesiva con el marido, con los hijos; cuando la mujer es suegra, marca la cancha si la dejan encargada de algo. Si tiene la llave de la sacristía, esta posesividad le hace competir y derribar al enemigo, que en realidad es su hermano. Esta avaricia que quiere expresar el afán de poseer migra a muchos pecados y no se queda solo como “avaricia”; por ejemplo, vemos las competencias entre mujeres exaltando la vanidad.

Hasta en la disimetría podemos ver cómo se ensambla perfectamente el hombre y la mujer, en el que el hombre provee y da seguridad a la mujer, justamente lo que por esencia para ella es una debilidad. Y la mujer entrega su corazón al varón para enseñarle a amar, lo que por esencia el varón tiene por debilidad.

El problema es que las valoraciones del mundo son distintas. Hoy está bien visto el “proveedor” y no “la que enseña amar” porque el mundo gira en torno al dinero; el dios del mundo se llama dólar, peso, euro, poder, placer, etc. El católico no razona igual que el mundo; los códigos, la dialéctica y los significados son distintos por la conversión. Por eso la gente del mundo no entiende el trasfondo, hasta que Dios no le toque el corazón.

«El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu. El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él». Juan 3, 31-36

La avaricia también se puede expresar como la necesidad desmedida y hasta a veces compulsiva de bienes terrenales, en la compra sin límites de diferentes productos o servicios. Es una manera de llenar y tapar lo que hay por escasez en el corazón.

En concreto, si la mujer no se llena con el Dios verdadero de los corazones humanos, único capaz de satisfacer las necesidades más profundas y los anhelos más profundos, como son los de la mujer (que la mayoría de las veces son anhelos del corazón), comienza, como por instinto o sin querer, a llenarlos de maneras más mundanas, con muchas actividades, muchas compras, muchas distracciones y vanidades del mundo, porque el corazón de la mujer no descansa hasta que no reposa en Dios y lo busca aunque sea en cosas que se alejan de Él.

Un buen psicólogo entiende que las desmedidas en las cosas materiales o espirituales hablan de carencias afectivas, entre otras.

En la envidia y vanidad.

La autoestima de la mujer puede ser más frágil que la del varón; vamos a ver muchos más casos de anorexia o depresión, por ejemplo. El concepto de imagen de la mujer es muy fuerte; incluso en la conducta suicida, el hombre es más letal, pero lo intenta menos veces, mientras que la mujer lo intenta más veces, pero es menos letal. Esto se da así porque es muy difícil que una mujer se suicide, porque está demostrado que la mujer piensa en la imagen antes de hacerlo.

Muchas veces pasa que los hombres confunden a las mujeres cuando se visten con prendas provocativas, y se asocia con la lujuria, pero no es tanto un problema de lujuria sino de competencia entre mujeres. Por propia vanidad o para generar envidia. El hombre, lo que primero entiende cuando ve a una mujer provocativa, es sexo, pero la mujer se viste en la mayoría de los casos para verse bien.

Las luchas que hay entre las propias mujeres, ya sea por envidia, por quien tiene mejor familia, mejor casa, mejor auto, mejor educación, mejor ropa, mejores viajes, mejores dones de Dios, por quien es más bella o quien tiene vida más perfecta, es un problema bastante grande.

La madurez afectiva y espiritual ayuda a pasar por las luchas que nos deja el pecado original, es decir, la concupiscencia, para que no sean piedra de tropiezo, incluso para su vocación o realización personal.

Orgullo o soberbia.

El orgullo en la mujer cae en la tentación al rechazar los límites establecidos por Dios, y este rechazo muchas veces se puede manifestar, como hablamos en la avaricia, en ejercer un control desmedido en su entorno; esto incluye pareja, hijos, circunstancias de la vida, etcétera. Muchas veces defiende a los hijos o “su rancho” irracionalmente, y esto puede acarrear problemas cuando, por ejemplo, uno de sus hijos no está teniendo un comportamiento adecuado.

En el afán del control desmedido, muy comúnmente desplaza a las personas, la gran mayoría de las veces sin hacer comentarios, sino con los gestos y las actitudes. A veces puede usar las debilidades personales del prójimo para su bien personal, no midiendo el impacto que pueda caer en el otro. A su vez, el orgullo también puede manifestarse como una especie de vanidad excesiva y de perfección. Así como el orgullo alimenta la vanidad, la vanidad alimenta el orgullo y es un circuito que se vuelve muy difícil de cortar y que requiere de muchas renuncias.

Pereza

La pereza en la mujer se expresa como una indiferencia, que muchas veces lleva a la persona a evitar las obligaciones o los deberes que tiene como esposa, madre y como persona de fe. También puede afectar la falta de entusiasmo y compromiso con las tareas, o directamente no comprometerse con nada.

Esta pereza es muy sutil, y en la mujer va erosionando de a poco su vida espiritual y su vida afectiva, muchas veces llevando a una pérdida de sentido. Muchas veces se observa una pereza para las relaciones conyugales o para educar a los hijos en momentos que requieren un esfuerzo irascible.

El padre uruguayo Horacio Bojorge también interpreta una parte de la pereza, como una forma de acedia entendida como una resistencia interior a las exigencias del amor y de la gracia divina.

Otros detalles

Si la mujer no logra lo que quiere, le da nostalgia y tristeza; recuerda esos pequeños detalles, recuerda si alguno le dijo una linda palabra o una palabra bruta por toda la vida. Es como una biblioteca, y esto es un arma de doble filo; puede ser muy bueno como muy malo. Los procesos de sanación de las mujeres son largos y difíciles, porque viven de tal manera que cada acto queda guardado en lo profundo; incluso una mirada muy fuerte ya puede ser una herida o una ocasión de sanación.

El sentido que la mujer más desarrolla es el oído, y la serpiente no tentó inmediatamente a Adán, sino a Eva. La mujer es más conversadora, pero también se deja conversar.

Bojorge dice: “Pero viene Satanás en forma de serpiente y habla con Eva. Yo pienso que a Adán la serpiente lo mira con desprecio, como diciendo: “Ese bicho hecho del barro.” Con el jardinero ni se molesta en hablar; tiene las manos llenas de tierra, plantar el jardín. En cambio, en Eva encuentra un interlocutor válido. Pero, a la vez, un enemigo en potencia al que conviene convertir en vasallo y aliado contra Dios. Convertir a Eva en rebelde como el demonio es la forma demoníaca de oponerse a Dios en la intención de su obra. Pero es también envenenar las fuentes de la vida en la humanidad”.[5]

Siendo un interlocutor digno, encuentra la manera de convencer, pero porque podría ser más persuadida y cae. En la vida, podemos ver cómo hay mujeres muy bellas con hombres muy feos, y las historias de estas parejas son porque a la mujer no le atrajo lo físico, sino porque les tratan muy bien, como una verdadera mujer, no como un objeto de usar y tirar, sino valorada, escuchada y querida. De esto, a los hombres les falta mucho. La mujer encuentra en la seguridad del varón algo muy preciado.

San Juan Pablo II, en la carta hacia las mujeres, decía que Dios le encomienda al hombre su cuidado, y cuando se vuelven hacia sí mismas, ellas mismas son infelices, precisamente cuando no se inclinan hacia el otro, sino hacia ellas, y esto es parte del gran problema que se vive en la actualidad, perdiendo su distinción espiritual.

En la resurrección vemos cómo Jesús se les aparece primero a las mujeres, ya que logran siempre ser mejores comunicativas. Esto también es un problema, ya que por grandes comunicativas, si no ha pasado Dios en su vida, pueden ser comunicativas de chismes, de defectos, de problemas; terminan siendo “terroristas”[6] de comunidades, de familias, de amistades.

En este sentido, la mujer debe purificar mucho la lengua y el oído, para no perder la caridad, y que siempre sea en ocasión de bendecir.

La mujer en la Iglesia, en la familia, en la comunidad, en el trabajo, en todos los sentidos y espacios cumple una misión trascendental, ya que es el puente afectivo, es el rostro maternal de Dios en la tierra y que se manifiesta plenamente en la Virgen María.

Catedral Basílica de Florida, Uruguay.

¿Género o sexo?

No existe ningún género en los varones y las mujeres. La palabra género proviene del latín «origen» o «tipo», y en el contexto moderno se utiliza para decir que las personas tienen una identificación interna personal, independientemente de su sexo biológico.

En psicología, cuando una persona no se identifica con su sexo, se llama trastorno de la identidad. Así como una persona que tiene anorexia se ve al espejo y se percibe de una manera inadecuada, lo mismo pasa con una persona con trastorno de la identidad; es una persona que tiene una percepción errada de la realidad por diferentes circunstancias.

Si bien está muy comprobado que en el ser humano solo hay dos sexos, varón y mujer, la palabra sexo se puede aplicar a la clasificación gramatical, como género literario, artístico; también puede ser género musical, etcétera.

Cuando a un ser humano se le habla de sexo, se le está diciendo que tiene dos posibilidades y que tiene que coincidir su persona psíquica con su sexo biológico asignado por naturaleza. Por eso se comenzó a utilizar la palabra “género”, una vuelta gramatical para negar la realidad.  

Virgen de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay.

Para seguir aprendiendo:


Referencias

· Aristizábal, A. (s.f.). ¿Cómo es la mujer? Fortalezas – Debilidades [Video]. Comunidad Lazos de Amor Mariano – Conócete en Dios (YouTube).

· Bojorge, H. (2010). ¿Qué le pasó a nuestro amor? Editorial Lumen.

· Juan Pablo II. (s.f.). Catequesis sobre la teología del cuerpo. Compilación de audiencias generales. (Fecha original de las catequesis: 1979–1984).

· Juan Pablo II. (1995). Carta a las mujeres. Vaticano. https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/letters/1995/documents/hf_jp-ii_let_29061995_women.html

· Juan Pablo II. (1988). Mulieris Dignitatem. Vaticano. https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_letters/1988/documents/hf_jp-ii_apl_15081988_mulieris-dignitatem.html

· Iglesia Católica. (1997). Catecismo de la Iglesia Católica. Vaticano. Recuperado de https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/index_sp.html

· Iglesia Católica. (s.f.). La Sagrada Escritura. Vaticano. Recuperado de https://www.vatican.va/archive/bible/index_sp.htm

· Ramírez, E. (s.f.). Las heridas del pecado [Video]. Comunidad Lazos de Amor Mariano – Conócete en Dios (YouTube).

Créditos de imágenes

· Quesada, I. (n.d.). [Fotografía]. Unsplash. https://unsplash.com/@isaacquesada
· Igbinoba, O. (n.d.). [Fotografía]. Unsplash. https://unsplash.com/@osarugueigbinoba


[1] BOJORGE, Horacio (2010). ¿Qué le pasó a nuestro amor? Editorial LUMEN pp. 82

[2] BOJORGE, Horacio (2010). ¿Qué le pasó a nuestro amor? Editorial LUMEN pp. 82

[3] BOJORGE, Horacio (2010). ¿Qué le pasó a nuestro amor? Editorial LUMEN pp. 82

[4] BOJORGE, Horacio (2010) ¿Qué le paso a nuestro amor? Editorial LUMEN Pp. 83

[5] BOJORGE, Horacio (2010) ¿Qué le paso a nuestro amor? Editorial LUMEN Pp. 47

[6] Frase del Papa Francisco a las monjas chismosas

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Beato Monseñor Jacinto Vera. Primer Obispo del Uruguay y un gran santo de la Iglesia Católica Uruguaya.

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