Oración a María Santísima y a San José solicitando la pureza de mente.

En torno a la psicología, se pueden comprobar casos de pensamientos intrusivos, posibles trastornos o incluso obsesiones demoníacas, vejaciones o tentaciones que afectan la vida diaria.

Si bien no nos referimos específicamente a la esquizofrenia, en muchos casos estos pensamientos pueden resultar incómodos y perturbadores, como ocurre con quienes experimentan TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), TAG (trastorno de ansiedad generalizada), ataques de pánico, trastorno de ansiedad social o fobia social, e incluso trastornos alimenticios.

La disciplina de la psicología es muy amplia, ya que confluyen múltiples saberes, y entre ellos, la teología, pues el ser humano está conformado por una dimensión biológica, una dimensión psicológica y también una dimensión espiritual.

No atender correctamente el lado espiritual es como amputar nuestra esencia; es como ir al médico y que ignore las piernas.

La fe, según el Catecismo de la Iglesia Católica, «exige que los fieles crean en Él, lo celebren y vivan de Él en una relación viviente y personal con el Dios vivo y verdadero» (n.º 2558). Por lo tanto, la fe exige creer, pero además, nuestro lado espiritual exige una relación viva y personal, y esta se da en la oración.

«Por eso les digo: cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán» (Marcos 11,24).

Los tipos de oración son muchos y variados. “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno).

Atender y fortalecer nuestro lado espiritual, por un lado, ayuda a nuestra dimensión psicológica, ya que somos una unidad indisoluble de cuerpo, psique y espíritu. Por otro lado, fortalece el espíritu frente a las tentaciones que recibimos diariamente.

Una tentación recibida no forma parte de nosotros si no la consentimos, aunque parezca provenir de nuestra psique.

Una oración eficaz contra los malos pensamientos es la invocación a María Santísima y a San José, pidiendo su asistencia. Recordemos que la oración debe ser constante, y que no reemplaza la gran eficacia de los sacramentos de la Iglesia Católica.

Pureza de mente

«Por tu Santa Virginidad e Inmaculada Concepción,
Purísima Virgen María, limpia mi corazón, mi mente y mi cuerpo.
Os lo pide en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
y por mediación de tu amadísimo esposo San José. Amén»

«Santo mío, ¡Qué fineza del cielo tan generosa!: ¡Concederte por esposa
a la Reina de la pureza! Y pues de Jesús y María, oh José, protector, ¡sedlo de mi corazón, como os ruega el alma mía!»


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Beato Monseñor Jacinto Vera. Primer Obispo del Uruguay y un gran santo de la Iglesia Católica Uruguaya.

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