En torno a la psicología, se pueden comprobar casos de pensamientos intrusivos, posibles trastornos, o posibles obsesiones demoniacas, posibles vejaciones, o tentaciones que afectan la vida diaria.
Si bien no nos referimos específicamente a la esquizofrenia, en muchos casos pueden resultar incómodos estos tipos de pensamiento, como cuando se experimenta TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), TAG (trastorno de ansiedad generalizada), pánico, trastorno de ansiedad social o fobia social e incluso trastornos alimenticios.
La disciplina de la psicología es muy grande, porque confluyen muchas disciplinas, y entre ellas la disciplina de la teología, ya que el ser humano está conformado, por una parte, biológica, por otra parte, psicológica y también, por otra parte, espiritual. No atender correctamente el lado espiritual, es como amputar nuestra esencia, es como ir al doctor y que desconozca las piernas.
La fe, según el catecismo de la Iglesia Católica, «exige que los fieles crean en él, lo celebren y vivan de él en una relación viviente y personal con Dios vivo y verdadero.»1 Por lo tanto, la fe exige creer. Pero además, nuestro lado espiritual exige una relación viviente y personal que se da en la oración. «Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán»2 Marcos 11:24
Los tipos de oración son muchos y de diferentes tipos, “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes”3 (San Juan Damasceno)
Atender nuestro lado espiritual y fortalecerlo, por un lado, es ayudar a nuestro lado psicológico, porque somos una unidad indisoluble (cuerpo, psique y espíritu). Por otro lado, es fortalecer el espíritu contra las tentaciones que diariamente recibimos. Una tentación recibida no es parte de nosotros si no la consentimos, aunque parezca que viene de nuestra psique.
Una oración eficaz contra los malos pensamientos, es una invocación a María Santísima y a San José, solicitando su asistencia. Recuerda que la oración debe ser constante y no remplaza la gran eficacia que tienen los Sacramentos de la Iglesia Católica.
Pureza de mente
«Por tu Santa Virginidad e Inmaculada Concepción,
Purísima Virgen María, limpia mi corazón, mi mente y mi cuerpo.
Os lo pide en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
y por mediación de tu amadísimo esposo San José. Amén»
«Santo mío, ¡Qué fineza del cielo tan generosa!: ¡Concederte por esposa
a la Reina de la pureza! Y pues de Jesús y María, oh José, protector, ¡sedlo de mi corazón, como os ruega el alma mía!»
